Pulsión de muerte y estados somáticos.
Leticia Villagómez Tovar
“… hemos arribado al puerto de la filosofía de Schopenhauer,
para quien la muerte es el <<genuino resultado>> y,
en esa medida el fin de la vida, mientras que la pulsión sexual
es la encarnación de la voluntad de vivir”.
Freud, (1920) Más allá del principio del placer.
En 1920, Freud da un giro a su obra con la última teoría de las pulsiones, retoma una dinámica dualista, Eros y Thánatos. En el ensayo Más allá del principio del placer, pone en cuestión postulados psicoanalíticos fundamentales, hace reformulaciones metapsicológicas. Reconoce la existencia de fenómenos que contradicen el dominio del principio del placer como el sufrimiento en la satisfacción masoquista. Descubre la tendencia del ser hablante a actuar en contra de sí mismo por su naturaleza destructiva e irrefrenable. En la repetición da cuenta de una pulsión de muerte que es posible dirigirse al propio sujeto o dirigirse hacia el exterior bajo la forma de agresión y destrucción. En la metáfora “la pulsión de muerte tiende al retorno, a lo inanimado” se encuentra el desafío de la pulsión de muerte al principio de constancia, donde el aparato psíquico tiende a buscar la reducción de la excitación a cero. Caracteriza a la pulsión de muerte como silenciosa.
Las propuestas teóricas y clínicas lo llevan a hacer nuevas formulaciones y a abrir caminos para que los psicoanalistas, aún hoy, a cien años de su aparición, continuemos pensando la transferencia y la reacción terapéutica negativa, donde aparecen poderosos sentimientos de culpa. En el acercamiento al sadismo y masoquismo retoma un elemento nuevo, la tendencia de Thánatos que actúa de forma independiente a la libido, donde el placer sexual y el dolor forman una unidad. La psicopatología recobra distintos caminos desde estos planteamientos.
Retomo los estados somáticos para seguirlos pensando en relación a la pulsión de muerte desde Más allá del principio del placer, lo hago a través de diversas conceptualizaciones que hace Freud en este ensayo.
Desde las neurosis de transferencia, me acerco a la teoría de la libido para mencionar que cuando un sujeto retiene su libido en el interior del yo y no desembolsa nada de ella en investidura de objeto se declara narcisista. Así la libido narcisista del yo, desde la pulsión de muerte se encamina a que las células del soma se adhieran unas a otras y no lleven la libido a investir al objeto. Las afecciones somáticas son desencadenadas por frustraciones o traumas que conducen a un estancamiento de la libido, es así como se pone en evidencia el elemento actual de los padecimientos psicosomáticos.
Las células que destruyen al organismo son células que se comportan de manera<<narcisista>>. Freud relaciona las células de los neoplasmas malignos como ejemplos de la muerte celular. Me parece que la referencia a esta enfermedad en donde las células anormales se dividen sin control y destruyen los tejidos corporales, está relacionada al cáncer que en ese momento de su vida padecía.
El tema de los estados somáticos ha sido abordado por Freud desde 1898, con las neurosis actuales, los retoma de una manera importante en 1915 en Introducción del narcisismo. Ahora me acerco a ellos en 1920, desde Más allá del principio del placer, donde son nominados como estados somáticos y se encuentran asociados a las afecciones psicosomáticas estudiadas por autores posfreudianos como: Winnicott, Laplanche, la Escuela Psicoanalítica de París de Martí, McDougall, Liberman, Lacan y otros.
La escucha psicoanalítica de los sujetos afectados, me ha llevado a las formaciones de lo somático, en donde hay una transformación directa de la excitación en angustia, sin encontrar los mecanismos psíquicos de desplazamiento, condensación y simbolización, como sucede en los síntomas neuróticos. Encontramos en ellas, la tendencia aniquiladora de Thánatos, donde se deduce una fuerza que actúa independientemente de Eros, y está relacionada a las patologías graves como en los estados psicóticos, en las tendencias suicidas, en algunas melancolías y en las enfermedades psicosomáticas entre otras.
Las pulsiones de muerte se ven atenuadas por las pulsiones de vida, que se oponen a la acción disgregadora de las primeras, me interesa resaltar, que no es posible una sin la existencia de la otra. En los estados cercanos a la normalidad ambas pulsiones alcanzan un cierto equilibrio, Freud concibe una intrincación, un enlace reciproco que atempera la tendencia aniquiladora de la pulsión de muerte.
Me acercaré a abordar la función de ligazón-desligazón del aparato psíquico relacionada a esta segunda teoría de las pulsiones. La tarea de los estratos superiores del aparato anímico seria ligar la excitación de las pulsiones que entran en operación en el proceso primario, sólo tras una ligazón lograda podría establecerse el imperio del principio del placer (y de su modificación en el principio de realidad.) El fracaso de está ligazón provocaría una perturbación análoga a la de neurosis traumática, donde es posible suponer la acción de la pulsión de muerte en la desligazón.
Los estados narcisistas del soma estarían atrapados en la desligazón de las pulsiones como una dificultad del aparato psíquico de los afectados, sin la posibilidad de ligar, como función del proceso secundario, así lo no ligado queda en el psiquismo como vacíos de lo no representado.
En la escucha de analizandos con afecciones psicosomáticas se advierte la repetición de vivencias displacenteras, traumáticas que son llevadas a somatizar. No consiguen un dominio sobre los derivados pulsionales que con frecuencia se manifiestan en impresiones o afectos intensos sin lograr hacerlos conscientes (representarlos), (ligarlos al decurso del proceso secundario). Nada de esto contradice el principio del placer; es palmario que la repetición, constituye por sí misma una fuente de placer en estos padecimientos.
Los conflictos psíquicos que presentan, los pienso también desde la desinvestidura del aparato psíquico del sujeto que padece estas afecciones. En cuanto al supuesto de que la compulsión de repetición aparece como más originaria, más elemental, más pulsional (indomeñable), que el principio de placer que ella destrona.
En la escucha analítica de una joven mujer, me encuentro con una escisión psico-somática donde parece no apropiarse del cuerpo, no ha logrado investirlo libidinalmente, hay una desconexión con su cuerpo y una regresión a lo oral, acude por problemas en su alimentación, tiene obesidad. Aparece en sus relatos un acontecimiento traumático de su infancia, perdió a la madre.
En un inicio hace presencia un cuerpo imponente ante mí, pero no figura para ella, no lo apalabra, no lo toma en cuenta, no lo siente. En el análisis voy acercándome a ella a través de ese cuerpo y sus significados, para darle palabra, mirada y escucha.
En la escucha psicoanalítica de esta joven, encuentro desligaduras pulsionales, tal vez rotas, como si se hubiera desaparecido su tejido o ensambladura entre lo psíquico y lo somático. También he pensado que quizá en esa frontera hayan sobrevivido lazos débiles ante el trauma donde parte de sus construcciones mentales se han mantenido de manera desdibujada. La sexualidad infantil ha quedado detenida en su vida, vive con la pareja buscando una cercanía, pero sin tener una vida de “mujer deseante”, no aparece la sexualidad adulta.
Desde las transferencias llegamos a las formaciones somáticas y luego a las representaciones psíquicas para nombrarlas, enlazarlas con objetos y afectos, retomar imágenes, recuerdos e historia de vida. En este entrelazado reconstruimos un tejido escindido, desarticulado, roto, quizá desaparecido o desolado.
A través del entretejido intentamos ligar la pulsión de muerte de sus relatos para acercarlos a los de vida, así ella toma un lugar como sujeto en su mundo psíquico.
Para terminar, retomo la pulsión de muerte en estos tiempos donde estamos amenazados a la vida, la salud, a la estabilidad emocional, social y económica por esta peste universal avasalladora y donde aparece la pulsión de muerte de manera estruendosa. Viene a mí la fuerza de la naturaleza adquirida desde este virus implacable. Ya Freud se acercó desde Más allá…, a la ciencia de lo vivo donde incluye al reino animal y vegetal, no sólo al humano, muestra que una evolución muy a menudo se paga con una involución que se hace a expensas de esta.
Ahora la pulsión de destrucción aparece escandalosa, quizá como un llamado a la vida. La multivocidad y severidad de la crisis, ha puesto en evidencias los atentados en que hemos incurrido. Los más vulnerables al contagio y muerte por Covid son los que padecen enfermedades somáticas, entre ellas, obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades respiratorias, cardiopatías y otras crónico-degenerativas. La pandemia del Covid ha puesto en evidencia verdades silenciosas, como el abandono y omisión de las condiciones para preservar la vida. El cuidado en este sentido debería ser desde los afectados, de sus grupos de pertenencia, de las comunidades, de las naciones y del mundo entero, no es un problema únicamente de los sujetos que las padecen, es también de Salud Pública.
Ciudad de México, a 21 de junio del 2020
2º Encuentro Internacional de la Publicación Psicoanalítica. Conmemoración del centenario de la publicación de Más allá del principio del placer, Sigmund Freud 1920. 26 y 27 de junio de 1920. Sede: Plataforma virtual del Colegio Internacional de Educación Superior, CIES.