Por: Carlos Barredo

 

A manera de presentación:

“Lacan en IPA”, nomina a un grupo de analistas, pertenecientes a Sociedades componentes de la Asociación Psicoanalítica Internacional y de otras Escuelas y agrupacionesque desde 2007 trabaja para desplegar las consecuencias de la enseñanza de Lacan en las maneras de concebir y practicar el psicoanálisis, su transmisión y los dispositivos institucionales en los que estos procesos transcurren.

Creemos que el hecho de que este emprendimiento haya surgido y se desarrolle en América latina no es casual. Nuestra región ha sido generosa en acoger diversas corrientes de ideas psicoanalíticas dando lugar a su lectura crítica y transmisión de contextos. Pensamos que el mantenimiento de esa pluralidad de voces y el ejercicio crítico al que ello convoca, conservando una distancia tal que impida condicionamientos dogmáticos o lecturas hegemónicas. Pensamos que esto es enriquecedor y un capital imprescindible a preservar en la tarea de incorporar las nociones fundamentales que guían nuestra praxis.

Acuñar ese sintagma que nos agrupa resultó un hallazgo. Solo paulatinamente se fuerondevelando las diversas vertientes de sentido que encierra. En una primera lectura pareceríatender a unir términos contradictorios a la manera de un oxímoron, de lo que resultaría unmatiz chocante, de sorpresa o provocación, presente en muchas de las fórmulas que Lacan utilizó como instrumentos de su enseñanza.

La experiencia analítica nos enseña que lo que nos llega en forma de retornos lejanas de un acontecer traumático, que a raíz de su carácter conflictivo, hansido apartadas de nuestra percepción.

Creo que el contexto que configuran las Instituciones de nuestra región Latinoamericanapor la distancia con los lugares en que transcurrieron los disensos mencionados y con laspersonas que se vieron directamente involucrados en ellos, se constituyó en el ámbito apropiado para poder alojar, y permitir germinar, los retoños de lo entonces excluido.

En tiempos en que se revaloriza el papel de la experiencia institucional en cuyo seno transcurre la formación de los analistas, se hace cada vez más evidente el lugar que lasinstituciones ocupan en ese proceso. Más que un cuarto elemento que se sumaría al clásicotrípode formativo, la institución configura el marco en que se alojan los componentes deltrípode mencionado, el piso en que se apoyan y que les da sustento. Es sabido que losdiscursos hegemónicos que ordenan y organizan los intercambios institucionales, incidensobre las modalidades con que se analiza, se supervisa y se enseña en esos ámbitos.

Influencia particularmente notoria en los contenidos de las currícula, en lo que se lee y se deja de leer, según las épocas y los autores jerarquizados como preferenciales.

n después del conflicto que motivara su exclusión de IPA, Lacan nunca dejó de enfatizar que su enseñanza, su discurso, estaba dirigido a los psicoanalistas, allí donde se encuentren.

Les hablaba a “la cantonade”, metáfora teatral que describe como un parlamento escénico puede no estar dirigido a ningún personaje allí presente, sino destinado al “buenentendedor” que, entre el público, pueda escucharlo.

Sabemos que las concepciones teóricas de los analistas se construyen en recorridos de múltiples lecturas, enraizados en tradiciones culturales diversas. Así, el esfuerzo por darforma propia a esas lecturas, soportando de manera creativa las tensiones de la diversidad,da como resultado un producto siempre singular, que en el mejor de los casos, cristaliza enun estilo personal de ejercer nuestra praxis. Los tropiezos en ese recorrido o la pereza enencarar sus dificultades, corren el riesgo de caídas en un repetir insulso, monótono, defórmulas reiterativas, o en la adhesión a “lecturas oficiales” que tienden a forzar consensosuniformes. Riesgos que hemos tratado de combatir promoviendo una lectura de Lacan acorde con el modo en que este leyó a Freud: cuestionando críticamente sus enunciados y eldecir que los sustenta, para interrogarnos en cada momento sobre su poder de esclarecernuestra práctica y de dialogar con los distintos campos de la cultura de los que el psicoanálisis es parte.

Hacer lugar al rol de interlocutores que supimos construir, permitió que lo que había sido excluido “entrara en la conversación”, contrarrestando en parte lo marginado y apartado en

materia de lecturas, argumentaciones, terminologías, etc., y generando intercambios en unclima de mayor apertura crítica y tolerancia a la diversidad.

Luego de la presentación pública de Lacan en IPA, en la fecha antes mencionada, promovimos participaciones y organizamos actividades de discusión teórica ypresentaciones de materiales clínicos en varios congresos de FEPAL: Santiago2008, Bogotá 2010, San Pablo 2012, Buenos Aires 2014, y de IPA: Chicago 2009 y México 2011.

También organizamos durante todos estos años, encuentros y jornadas en Buenos Aires (2007/08/09/13); Córdoba(2008/10); Montevideo (2011); Porto Alegre (2012); San Pablo (2014); Madrid y Mendoza (2015)Montevideo en 2016 y próximamente en abril del 2017 en la Ciudad de México, festejando, además nuestro 10º. aniversarioEn todas estas ocasiones contamos con el auspicio y la activa participación de las Sociedades locales.

Con la firme convicción de que lo más enriquecedor de un encuentro entre analistas proviene de los intercambios que allí se generan, hemos intentado promover en cada ocasión, tomando en consideración las modalidades y costumbres locales de los lugares en que transcurrían las jornadas, dispositivos de discusión horizontal entre pares que acotando en lo posible las exposiciones planificadas que tienden a pasivizar al auditorio, apunten a favorecer participaciones espontáneas de los presentes.

Concibiendo un encuentro de analistas más como una oportunidad para propiciar la participación y debate entre colegas, que para la exposición o lectura de trabajos escritos, hemos tratado de promover un formato de jornadas que acote en lo posible las actividades expositivas y preserve los tiempos destinados a la discusión. Así organizamos talleres teóricos sin expositores designados, tomando como disparador del intercambio, citas de escritos o seminarios de Lacan que eran previamente distribuidas y luego leídas en pocos minutos, abriendo a continuación el debate entre los presentes.

Con el mismo criterio los talleres de discusión de relatos de la clínica, consistían en una presentación que no insuma más de veinte minutos para luego disponer del tiempo restante para la discusión y el intercambio de opiniones.

Creemos que es esta orientación la que ha dado como resultado uno de los rasgos que más valoramos de nuestros encuentros: la atmósfera de cordialidad y de distensión en que transcurren, sobre la que existe un consenso general, y que hace posible incluirse y participar con comodidad aún cuando se ventilen desacuerdos o diferencias de enfoques y posturas.

En este clima de entusiasmo y compromiso con el psicoanálisis que practicamos, “Lacan en IPA” continúa su marcha pujante hacia todos los futuros que le sepamos inventar.