En el punto más extremo del amor,

en el amor más idealizado,

lo que se busca en la mujer es lo que le falta.

Lo que se busca más allá de ella misma,

es el objeto central de toda

la economía libidinal- el falo.

Lacan.(2)

A lo largo de su existencia el psicoanálisis ha florecido desde lo femenino. En sus orígenes encontramos a Anna O. (1893) caso fundante, aportado por Breuer y retomado por Freud. Los historiales clínicos de histéricas que le siguieron, fueron de mujeres con las que Freud dio importantes aportaciones a la sexualidad, Emmy von N., Lucy R., Katharina, Elisabeth von R. entre otras.(3) Después en Tres ensayos de una teoría sexual(4), construye sus teorías sobre la sexualidad, entre ellas la femenina. En el análisis de Dora(5), retoma la sexualidad femenina de manera importante al darse cuenta del escollo que tuvo con ella en la transferencia.

En 1914 hace contribuciones importantes a la sexualidad femenina en Introducción del Narcisismo(6). En este nos da un panorama de los caminos para la elección de objeto y señala que se ama: según el tipo narcisista y el tipo del apuntalamiento.

Presenta diferencias fundamentales en el tipo de elección de objeto entre hombres y mujeres. Nos dice que el pleno amor de objeto característico del hombre es según el tipo de apuntalamiento, en ellos la sobreestimación del objeto de acuerdo a la madre nutricia y al padre protector da lugar al enamoramiento.

En la mujer, con el desarrollo puberal, por la conformación de los órganos sexuales femeninos, hasta entonces latentes, parece sobrevenirle un acrecimiento del narcisismo originario. Ese aumento es desfavorable a la constitución de un objeto de amor, dotado de sobrestimación sexual. Cuando el desarrollo la hace hermosa, se establece en ella una complacencia consigo misma, estas mujeres solo se aman, en rigor, así mismas. Su necesidad, no se sacia amando, sino siendo amadas, y se prendan del hombre que les colma esa necesidad, es así como Freud señala que el tipo de elección de objeto en la mujer es narcisista.

Agrega, “Aún para las mujeres narcisistas, las que permanecen frías hacia el hombre, hay un camino que las lleva al pleno amor de objeto. En el hijo que dan a luz se les enfrenta una parte de su cuerpo propio como un objeto extraño al que ahora pueden brindar, desde el narcisismo, el pleno amor de objeto…”

Y todavía hay otras que no necesitan esperar el hijo para dar ese paso en el desarrollo desde el narcisismo (secundario) hasta el amor de objeto. Antes de la pubertad se han sentido varones y durante un tramo se desarrollaron como tales; y después que esa aspiración quedó interrumpida por la maduración de la feminidad, les resta la capacidad de ansiar un ideal masculino que es en verdad la continuación del ser varonil que una vez fueron.

Posteriormente Freud continúa sus aportaciones sobre la sexualidad femenina en “Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina”(7), que retomaré el día de hoy. Continúa ampliando el tema, en “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos”(8), “La organización genital infantil”(9),  “Sobre la sexualidad femenina”(10), y en la 33ª Conferencia. La feminidad(11).

En este importante trabajo de 1920 donde presenta un caso de homosexualidad femenina, Freud, nos hace un legado de una gran riqueza de caminos psicoanalíticos, sobre método, técnica, transferencia, sueños; la homosexualidad en general, sobre la perversión entre otros. Pero el día de hoy quiero retomar sólo uno de ellos: la sexualidad femenina.

Este trabajo es presentado en cuatro partes: En la primera hace una descripción lineal, como él le llama, de la historia de vida de la joven homosexual; en la segunda construye su historia libidinal; en la tercera describe los procesos anímicos de la muchacha y en la cuarta los caminos psíquicos que se transitan en la homosexualidad.

En este comentario únicamente retomare pasajes del caso relativos al tema que he elegido, la sexualidad femenina. Me apoyaré en la riqueza del material clínico del caso para profundizar en algunas partes.

De la historia libidinal que construyo Freud, retomo algunos pasajes, nos dice, “la muchacha había atravesado sus años infantiles, de manera poco llamativa, con la actitud normal del complejo de Edipo femenino, más tarde también, había empezado a sustituir al padre por el hermano un poco mayor que ella. El nacimiento de un segundo hermano, ocurrido cuando ella tenía entre cinco y seis años, no exteriorizó influjo particular alguno sobre su desarrollo.

Entre los trece y catorce años manifestó una predilección tierna por un niñito que aún no había cumplido los tres años y a quien podía ver de manera regular en un parque infantil. Poco después ella empezó a mostrar interés por mujeres maduras, aunque todavía jóvenes, interés cuyas exteriorizaciones le atrajeron pronto una sentida reprimenda de parte del padre. Esta mudanza de interés coincide en el tiempo con el embarazo de la madre y el nacimiento de un tercer hermano cuando ella tenía 16 años.

La desilusión se abatió sobre ella cuando la muchacha se encontraba en la fase del refrescamiento, en la pubertad, del complejo infantil de Edipo. Se le hizo consiente a plena luz el deseo de tener un hijo, y que fuera varón; un hijo del padre y la réplica de él, todo esto no le era permitido saber de manera consiente. Pero en eso sucedió que recibió el hijo, no ella, sino la competidora odiada en lo inconsciente, la madre. Sublevada y amargada dio la espalda al padre, y aun al varón en general. Tras este primer gran fracaso desestimo su feminidad y procuró otra colocación para su libido. Tras esa desilusión había arrojado de sí el deseo de tener un hijo, el amor por el varón y, en general el papel femenino. Lo que sucedió nos dice Freud es que ella se trasmudó en varón y tomó a la madre en el lugar del padre como objeto de amor.

En el análisis Freud reconoce la dama amada, como un sustituto de la madre y señala que la muchacha adoptó con relación a la dama venerada el tipo masculino de amor.

Freud descubre esta posición de la muchacha en la transferencia, nos dice que parecía que no emergía en ella nada parecido a un análisis, pero señala que alguna relación con el médico es forzosa se establezca, y la mayoría de las veces será trasferida desde una relación infantil. Nos dice, que lo que sucedía era que la muchacha trasfirió a él, su analista, la radical desautorización del varón que la dominaba desde su desengaño por el padre. Menciona que el encono con el varón, se expresa en estorbar los esfuerzos del médico para hacer que tome consciencia de esa sintomatología muda y de esa hostilidad latente.

Es en esta parte de mi comentario, donde quiero señalar que Freud ya había entendido que retomar la sexualidad femenina en el análisis es fundamental. Con Dora sucedió este conflicto de forma silenciosa y se percató tiempo después de que no había tomado en cuenta esta sexualidad en la transferencia, lo que le representó el abandono del análisis por parte de Dora. Su fracaso en la intervención con Dora, ante esta omisión de la transferencia materna, me parece lo lleva a seguir con estos temas.

En el panorama que traza Freud sobre las fuerzas que trasportan la libido de la muchacha desde la actitud normal del Edipo a la de la homosexualidad da cuenta de la sexualidad femenina. Desde él y a través de este caso el psicoanálisis ha otorgado a la homosexualidad femenina un valor particularmente ejemplar, por lo que ha podido revelarse las etapas del camino seguido por la sexualidad en la mujer y las detenciones que pueden marcar su destino.

Afirma Freud que un desengaño de amor derivado de la actitud del Edipo de los años de pubertad no hará caer a toda muchacha necesariamente en la homosexualidad, habrá otras maneras de reacción frente a ese trauma. Como es sabido, también en el normal hace falta cierto tiempo hasta que se imponga definitivamente la decisión sobre el sexo del objeto de amor. Continúa señalando que extravíos homosexuales, amistades fuertes en demasía, de tinte sensual, son frecuentes para los dos sexos en los primeros años que siguen a la pubertad.

Desde estas contribuciones sobre la sexualidad femenina es posible considerar, el paso de la libido femenina por estos caminos sexuales como parte del devenir mujer.  Pero en esta muchacha estas inclinaciones mostraron en ella una fuerza indudablemente mayor y se mantuvieron por más tiempo.

Lacan ha retomado el caso en diversos momentos de su obra, en 1957, en el Seminario 4(12), para construir la relación de objeto. Posteriormente en su Seminario 10(13), La angustia, retoma a la joven homosexual para hacer importantes contribuciones al psicoanálisis. La invención del pequeño objeto a, sobre la interpretación del intento de suicidio retoma el término “niederkommen”, “dejar caer”, para hacer una teorización del pasaje al acto, versión de este le sirve de base para una reformulación del sentido del “retorno a Freud”

Lacan califica este caso, como uno de los textos más brillantes de Freud, incluso dice que es uno de los más inquietantes, aunque parezca arcaico y hasta pasado de moda.

Me parece que Freud se anticipó mucho tiempo al devenir de la modernidad y a una de las grandes conquistas de nuestra época, acercarse “al continente oscuro”, como le llamaba.

 

Sidonie Csillag, La joven homosexual de Freud. Una heroína de la modernidad.

Irene Rieder y Diana Voigt se entrevistaron con la joven homosexual poco antes de su muerte, habían referido sus declaraciones en forma de un relato sobre su vida y lo presentaron en forma de un libro: Sidonie Csillag, La joven homosexual de Freud, (14)publicada en Alemán en el 2000. Sidonie fue el seudónimo que dieron a la joven homosexual, agradecen a ella haberse convertido en sus biógrafas.

Margarethe Csonka, Baronesa Von Trautenegg (1900-1999), verdadero nombre de la paciente de Freud, en los años 80 toma la palabra para contar su vida, sus amores, develando un perfil que hace de ella una “heroína de la modernidad” según valora Walter Benjamin. Toma la palabra para narrar su biografía a dos escritoras austríacas, una de ellas, nieta de una amiga. Luego de innumerables conversaciones y entrevistas con Margarethe, dinámica y lúcida sobreviviente de la persecución nazi, Voigt y Rieder logran transmitir en las páginas de su libro el clima erótico y la especificidad de los deseos femeninos que se desarrollaron durante el siglo en la Mitteleuropa (Europa Central)

Una biografía construida a través de los relatos que ofrece la ya no tan joven homosexual, y de las salidas nocturnas que en ocasión realizan las tres.  En 400 páginas se puede conocer su historia, atravesada por las dos guerras mundiales, la pobreza, su exilio a Cuba ante el avance del nazismo. Sus amores y su relación con Sigmund Freud.

 

 

Citas:

(1) Comentario al trabajo de Freud “Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina”, presentado en el Ateneo Clínico de la Sociedad Freudiana de la Ciudad de México, el 20 de noviembre del 2017.

(2) Lacan, J. (1957), La relación de objeto, S. 1, 9 de enero de 1957, pág. 112, Buenos Aires: Paidós.

(3) Breuer y Freud (1893-95), Estudios sobre la histeria. II Historiales clínicos. O.C. Vol. II, Buenos Aires: Amorrortu.

(4) Freud, S. (1905), Tres ensayos de teoría sexual, O.C. Vol. VII, Buenos Aires: Amorrortu.

(5) Freud, S. (1905[1901]), Fragmento de análisis de un caso de histeria, O.C. Vol. VII, Buenos Aires: Amorrortu.

(6) Freud, S. (1914) Introducción del narcisismo, O.C. Vol. XIV, Buenos Aires: Amorrortu.

(7) Freud, S. (1920), Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina, O. C. Vol. XVIII, Buenos Aires: Amorrortu.

(8) Freud, S. (1925) Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos, O.C. Vol. XIX, Buenos Aires: Amorrortu.

(9) Freud, S. (1923), La organización genital infantil, O.C. Vol. XIX, Buenos Aires: Amorrortu.

(10) Freud, S. (1931) Sobre la sexualidad femenina, O.C. Vol. XXI, Buenos Aires: Amorrortu.

(11) Freud, S. (1933[1932]), 33ª Conferencia. La feminidad, O.C. Vol. XXII, Buenos Aires: Amorrortu.

(12) Lacan, J. (1957) La primacía del falo y la joven homosexual, S. 4, 9 de enero de 1957, Buenos Aires: Paidós.

(13) Lacan, J. (1963), No sin tenerlo. La causa del deseo. Pasaje al acto y acting out, S. 10, en las sesiones del 9, 16 y 23 de enero de 1963

(14) Rieder, I., Voigt, D. (2000) Sidonie Csillag. La joven homosexual de Freud, Buenos Aires: EPEL